Atrapada en un callejón sin salida. En el fondo del mar, donde solo habitan la soledad, y la oscuridad. Los mejores recuerdos pasean por mi mente en tales momentos de desesperación y agonía.
Recuerdo el sol cegador de aquella mañana, iluminando tu piel, nívea. Nunca podré olvidar la ternura de tus manos, no, jamás. Recuerdo la carretera que recorrímos, la música de la rádio, la única preocupación que ocupaba nuestras mentes era si iba a durar mucho el buen tiempo.
Necesito respirar, tocar, saborear, abrazar la libertad. Encontrar la salida donde no la hay, volar... muy lejos de aquí. Escapar de la oscuridad, donde anidan los oscuros sentimientos, el rencor, el odio, la rabia, el desprecio...
Siento que me he convertido en una ave que declina hacia su fin, hacia, un futuro impreciso.
Necesito... volver a casa.
