Qué frío estaba el mundo esta mañana

- Buenos días. - Saludó al entrar en el ascensor.
- Buenos días, señor. - Contesté.
- ¿Qué frío, eh? Qué frío estaba el mundo esta mañana.

58. El Poema del Dolor

El mar y la luna
Se aman en silencio
Separados por un lugar
Atrapado por el viento
Si algún día tú y yo
Estuvieramos juntos
Quisiera amarte
Si puede ser en silencio
Y susurrarte y suspirarte

57. Miedo

"Cuando tengo mucho miedo, noto que la mecánica de mi corazón patina hasta tal punto que parezco una locomotora de vapor en el momento en que sus ruedas chirrían en una curva. Viajo sobre los raíles de mi propio miedo. ¿De qué tengo miedo? De ti, en fin, de mi sin ti. El vapor, pánico mecánico de mi corazón, se filtra por debajo de los raíles. Nuestro último encuentro aún está tibio, sin embargo tengo tanto frío como si jamás te hubiera encontrado ese día, el día más frío del mundo."

Mathias Malzieu

56. A veces

A veces es necesario "Creer en lo Imposible".

55. Hoy

Y si hoy quieres volar, volemos. Si hoy quieres ser, seremos. (Y mañana amaneceremos en el cielo).

54. Siento

Siento que mi pelo no sea rojo y que las agujas no hayan tocado mi piel. Pero, ¿Sabes? En mi pelo el viento escribió tu nombre con tinta roja y la música escribió bajo piel estas líneas para ti.

53. Seré

Seré tu paraguas cuando llueva.

52. Tú eres mi orilla

Soy un náufrago en medio del océano y tú eres la orilla que me rescata de esta soledad.

51. Aprendí que

No es cuestión de una apariencia, sino de lo que descubres tras ella con el paso del tiempo.

50. Desapareces y me escondo

Si te espero, desapareces. Si me esperas, me escondo.

49.

Una persona y muchas sensaciones.

Dolor.

Cuánto te quise quizá seguirás sin saberlo... lo que dolería por siempre, ya se desvanece.

Jorge Drexler

Silencio.

Hoy me di cuenta de que ríes en silencio y tus ojos gritan tus emociones.

Miradas y palabras

Tus miradas llenas de silencio, mis palabras llenas de ti.

Hoy me di cuenta

Hoy me di cuenta que cuando bajas la mirada en silencio suavizas el momento.

Si  sonríes, sueño.
Si me miras, me pierdo.

Respira y después echemos a volar.

Ven, cogeme de la mano. ¿Sabes que soy suertuda de que quieras volar conmigo? Vayamos por aquel sendero lleno de luz. Necesitemonos. Bailemos entre las nubes la balada más bella. Y cuando vengan los fantasmas, los ahuyentarás con tu vitalidad. Persigamos nuestros sueños hasta hacerlos realidad. Vivamos con una sonrisa. Lloremos de risa. Hagamos crecer árboles en nuestro camino. Hagamos crecer sonrisas en cada rincón. Y volemos. Volemos sin pensar. Seamos aves en el cielo. Seamos el fuego en el frío. Seamos el Sol en la lluvia. Ahora coge todo el aire que puedas y... echemos a volar.

Carta A Ryan

Te escribo porque me siento rendida de las dagas que te hacen volver. Ha sido una trayectoria muy intensa, resignandome a caminar contigo. Ni si quiera soy capaz de recordar en qué momento decidiste acompañarme. Sólo sé que estás aquí y que no quieres irte. ¿Tendré que resignarme? Tal vez, pues llevas unos días amarrado a las nubes de mi habitación; como si quisieras quedarte a vivir y convertir la escasa hilaridad que me quedaba en aflicción. Me paso las horas suplicándote que es tu hora de marcharte. Pero es muy tarde... sé que vas a estar aquí, convirtiendo a mi pobre corazón en un angosto pasillo, en el que solo caben lágrimas, arrepentimiento, que me hunden con ellos en el más profundo de los oceanos de dolor.