Hoy he abierto los ojos y me he encontrado en un blanco infinito. Lleno de pequeñas luces que no sé si son porque mis ojos no vislumbran con nitidez las cosas o porque solo ocurría en mi cabeza. Pero nada más abrirlos una voz canta suave: Hey there Delilah. Noto algo, una mano, un brazo. Alcanzo a ver la figura del mismo chico que se ha colado por la ventana de mis sueños. El resto es poesía.