jueves, 27 de diciembre de 2012

Se fue

Te llevaste de mi la niña que iba cogida de la mano de su madre. La que se escondía bajo la cama cuando tenía miedo. La que dibujaba nubes azules y soles con arcoiris  en hojas de papel. La que se hacía daño por tropezar después de correr entre juegos. La que hacía castillos de arena a la hora del recreo. La que se subía en columpios y se inventaba historias para soñar. La que lloraba por cualquier cosa.
Dejaste lágrimas a tu paso, episodios de odio desenfrenado, en tu huella solo había dolor. Solo quería acabar con ello como fuese. Solo quedaba una agonía por tu ausencia. Por pensar que tu eres, has sido y serás lo único que ha llenado. Dejaste algo llamado desamistad, algo oscuro, un pesar que envolvió todo mi ser y se alimentó de mi bondad, de mi felicidad, de la luz. Solo quedó un ser diminuto, en un infinito mar de amargura y desesperanza.

Enseñame a caminar.

¿Me das la mano?

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