viernes, 16 de agosto de 2013

Escapando

Estaba harta de estar allí encerrada. Del aire turbioso que solo empeñaba mis más profundos deseos. Cuando acabó la retahíla de ofensas, salí a la calle y empecé a correr con todas mis fuerzas. Lo primero que vi fueron las luces azules vaporosas que alumbraban las calles. No sentía frío. No sentía calor. Tan solo sentía iba en contra de la dirección del viento, de cualquier acción correcta y poluta. De una vida que quería dejar atrás. Sentía que tan sólo rezumaba energía y sentimientos de pasión. Aquellos funestos momentos de mi vida debían encontrar un camino lejos de mí. 
No sé cuánto tiempo corrí, solo sé que cerré los ojos con vigor. Escapar. Debía pensar con recato y sincerarme conmigo misma. Sentí que me rozaban hálitos de sombras que intentaban arrastrarme a mi lugar de origen. Notaba que me perseguían sus gritos agónicos y trataban de frenarme.
Entonces, pasó. Vi una figura oscura, velada entre las tinieblas de aquel callejón. Paré en seco en la entrada de éste. ¿Eres otra de esas sombras? ¿Vas a decirme qué debo hacer? Pero el extraño, dio un paso adelante, de forma que la luz de la farola le alumbró mostrandome un rostro suave y níveo. Los ojos le brillaban como dos cuentas de cristal. Ladeó la cabeza y estiró sus finos labios para dibujar una sonrisa. Tenía un aspecto pulcro y atildado, bien parecido. Se acercó hasta a mi y puso su mano sobre mi hombro, sin dejar de sonreír.
Porfavor, dime qué tengo que hacer. Dime dónde puedo refugiarme de toda esta crueldad. Devuélveme la libertad, el afecto que perdí. Regalame palabras que releguen toda esta oscuridad. de Llevame de la mano hasta el lugar donde solo existe felicidad.

jueves, 15 de agosto de 2013

El mundo de los sentimientos olvidados

No es lo que esperaba. Pensé entre efluvios de melancolía. Tus manos han perdido el olor que desprendían. Tu índole se ha vuelto velada y siento que resbala entre los resquicios mi portal. Tus falsos besos quedaron relegados por mis sollozos en soledad. No quiero seguir sentándome a esperar tus tiernas palabras ni tus miradas apuntando mi corazón.
El tiempo se llevará todo eso. Estoy segura. El anhelo y derrota que hoy llenan mi interior serán sustituidos por luz y esperanza. Tus palabras valdran lo mismo que tú. Dejarán de cantar melodías entre mis pensamientos, burlándose de mi.
Tus promesas... tus promesas sin cumplir dejaran de ser el rostro de mi alma rota.
Lo único que lamento es que la razón ha llegado demasiado tarde, pues la heridas que me hiciste son demasiado profundas. Solo espero que aquellos momentos que embrujaban mi existencia sean capaces de encontrar el camino que les llevará al mundo de sentimientos olvidados.