sábado, 28 de junio de 2014

Decisiones

¿Qué pasa cuando a veces no sabes qué decisión y qué camino tomar? Bailas cada noche entre lo que sientes y lo que debes; hasta el punto de confundir lo que sientes. Disfrazas a tus sentimientos de obligaciones, actuaciones esperables y tomas la decisión errónea y acertada para los que miran desde fuera.
Y eso es lo que me pasa contigo. Elegir entre dos países. El país de las ilusiones, lleno de momentos dulces. O el país de lo correcto. ¿En cuál de ellos quedarse a vivir? ¿En cuál de ellos, vas a abrir la caja que guardas en ese angosto pasillo de tu alma, lleno de todos tus sentimientos, tus verdaderos sentimientos. Y si te quedas en el país de lo correcto, para ser nadie entre tanta gente? Para ser el fantasma de tus deseos, de aquello que te quita el sueño. 
Yo no vivo en ninguno de los dos países. Yo vivo en la frontera entre ambos. A medio paso esperando un mensaje tuyo cada día, y así dan las cuatro y las cinco, y las doce de la noche. ¿Esperando algo que no va a llegar? Cómo decirte que esto no está hecho de palabras. Que esto se construye a base de momentos. Cómo decirte que en la frontera, en tierra de nadie, en el desierto de las decisiones, acabas perdiéndote a ti mismo. Pero sigo a medio paso entre la interminable espera de ti, y la elaboración del plan de mi existencia.

Todas mis catástrofes

"Cualquier día de estos arranco el corazón y me voy de aquí, pero prometo dejarte un possit pegado en la nevera, para decirte donde no voy a estar, donde no vas encontrarme y donde no voy a querer verte, y te darás cuenta que no habrá ningún lugar apuntado porque en todas las direcciones me desvío aunque te tenga que seguir en dirección prohibida. Eres dos jodidos turnos sin salida. La autodestrución más dulce, mi sonrisa preferida, y no quiero tus mejores noches si no me das tus buenos días. Podría hacerte el amor y la guerra, entre otras cosas, en el mismo espacio y tiempo. Pero aquí solo estoy perdiendo horas, minutos y segundos. Tengo demasiados daños colaterales por batallas perdidas, pero aun hay quien dice que la guerra aun no está perdida Y yo no sé que decir ante tantos jaques mates suspendidos por puntos suspensivos que no finalizan ni el primer párrafo de toda esta historia. Maldita historia, que no para de sobre-escribirse, de tachar situaciones y borrar sentimientos, que ahora mismo se amparan en su derecho de permanecer en silencio porque cada palabra que digan puede ser utilizado en su contra. Y no he querido llegar hasta aquí para poner nombres ni etiquetas a algo que ha nacido solo y a lo bestia, pero tendré decirlo, decírtelo, aunque me delatara y me viera desnuda en sentimientos, pero algún día tendría que demostrarme que en realidad no soy tan cobarde y que soy capaz de mirarte a las pupilas y decirte que me estás enamorando, y que esa, es la peor de todas mis catástrofes."
Sara Blanco. 

No es raro sentir miedo.

No es raro sentir miedo. ¿Quién no ha sentido miedo alguna vez?
Sentir cómo tu corazón tiembla y hace ruido moviéndose de un lado a otro, inquieto; en el vacío de tu mirada. 
¿Quién no ha sentido miedo alguna vez? 
No saber si te está olvidando o si te está empezando a querer.
Si te ha invitado a pasar a sus pensamientos y a vivir en la bóveda de su corazón.
¿Quién no ha sentido miedo alguna vez?
¿Quién no ha querido alguna vez?
No saber si es mejor olvidar o dejarse llevar, besarte o dejar que me beses, mirarte o esquivar tu mirada.
¿Quién no ha sentido miedo alguna vez?
Sentir frío en noches de verano, tener ganas de tu piel. Acurrucarse junto a las caricias de tu presencia.
¿Quién no ha sentido miedo alguna vez?
Mi corazón se muere de ganas de sentir; de verte aparecer y acercarte. Estar muy cerca aunque eso nos lleve a querernos.
¿Quién no ha sentido miedo alguna vez?
Donde perdiste tus sueños. Los perdí en aquella habitación y los reencontré al verte sonreír.
¿Quién no ha sentido miedo alguna vez? Que le den a la distancia.

Inspirado en Sara Blanco.